Dato bibliográfico:
Arocena, M.F.,
<< La liturgia, Sýmbolon del Logos y del ethos cristiano, notas para una
primera caracterización de la “teologia litúrgica”>> en Arocena, M.F (ed) et al, Teologia liturgica, métodos y perspectivas,
(dossiers CPL, 128), Barcelona 2013, 67-106.
Recensión:
El presente texto del
Félix Maria Arocena está ubicado en el contexto de una reflexión sobre la
teologia liturgica en lo que se refiere a su Status científico y su respectivo
método. En este sentido, la teologia liturgica la sitúa en la perspectiva de
dos polos fundamentales: el primer polo es el logos, categoría que señala la
presencia del Misterio que encierra la celebración liturgica, la que más tarde
será catalogada como el punto de partida para la reflexión teológica; asimismo,
el segundo polo es el ethos de la vida cristiana, categoría que se refiere a la
gracia que proviene de la liturgia y transforma la vida concreta de los
bautizados. El fundamento de esta dinámica liturgica es la persona de Cristo
pascual, crucificado y resucitado,
origen y meta de toda la vida cristiana.
Ciertamente, habla de la trilogía <<misterio,
celebración y vida>>, situando la liturgia en el ámbito de la Iglesia,
basado en SC 7 identifica el Misterio en
cuanto realidad inagotable con el ejercicio del sacerdocio de cristo, la celebración en cuanto ritualidad
institucional con la obra de Cristo y su cuerpo y la vida en cuanto gracia que brota del Misterio con la
santificación del hombre, determinando así que la liturgia es el misterio celebrado para la vida y la vida que culmina
en el misterio; asimismo expone el tema de <<la relación concreta de
la liturgia con el logos y el ethos>>, la cual, no se identifica con
ellos, pero sí que es su mediación
simbólica, por lo que las pone en relación recíproca. En este mismo punto, resalta
que existe una categoría que ha nacido en el contextos de la teologia liturgica
llamada <<forma>>, la que no se identifica con el término forma de la escolástica, sino que es una
novedad que trata de expresar la necesaria
manifestación sensible de las relaciones que anteriormente hemos mencionado,
a saber: <<la forma ritual de la fe cristiana>> que indica la relación ritual y gestual de liturgia y fe
cristiana y la <<la forma cultual
de la vida cristiana>> que señala de la
relación de la liturgia con la vida concreta de los bautizados.
En suma, la teología
liturgica tiene sus propios puntos científicos y su método correspondiente denominado
<<ad Fontes>>, cuya dinámica consiste en partir de la misma
celebración, por lo tanto, de los textos litúrgicos, de la oración y de los
gestos que le acompañan, ya que la liturgia tiene un capital simbólico, cuya capacidad
consiste en abrir un cauce para celebrar el misterio pascual en la historia de manera
sacramental, es decir, es el lugar propicio para tener una verdadera
experiencia de Dios, por lo que le lleva
a concluir que existen dos caminos para hace una sola teologia, el <<credo
ut intellegam>> y el <<credo ut experiar>>, es decir, el
camino de la razón y de la experiencia.
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