2° Domingo de Cuaresma, Ciclo B.
Gen
22, 1-2.9-13.15-18.
Salmo
115.
Rom
8, 31-34.
San
Marcos 9, 2-10.
El
Salmo 26 de la antífona de entrada de este domingo de cuaresma guarda una
relación insospechada con las lecturas, porque dicho Salmo nos habla de la
confianza plena que debemos tener en Dios (la fe), tanto así que su título es:
en Dios no hay temor. En la primera lectura se nos presenta al padre de la fe:
Abraham. Él supo responder a Dios en todo momento con una fe inquebrantable, el
texto sagrado trata de convencernos de la intachable actitud religiosa del
patriarca, sabia muy bien que en Dios no hay nada que temer. Por otra parte, en
la segunda lectura nos presentan parte de un himno al amor de Dios: Si Dios que
está con nosotros ¿Quién estará contra nosotros?, si leyéramos todo el himno
podríamos encontrar frases insuperables como: en todo esto saldremos vencedores porque él nos amó primero (37) o nadie ni nada puede separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro (38-39).
En
este sentido, la primera idea que podemos sacar para este domingo es lo
siguiente: el Misterio Pascual para quien nos preparamos es la mayor
manifestación del amor de Dios para con nosotros los pecadores. Lo que debemos
reforzar es nuestra fe y plena confianza en Dios. Recodemos: en Dios amor no
hay ningún temor.
Por
otra parte. Los signos de hoy son los siguientes: montañas-cuaresma-sacrificio.
Si nos fijamos bien, cada uno de los personajes de este domingo tiene su propia
montaña, cuaresma y sacrificio: Abraham sube una montaña del país de Moría;
Moisés sube el Sinaí y pasa cuarenta años en el desierto; Elías sube Horeb y ha
caminado antes 40 días; y Jesús ha pasado 40 día en el desierto y ahora ha
subido al Monte Tabor. El monte, al igual que el desierto, es el lugar en donde
Dios se manifiesta para tener un encuentro con el hombre (Teofanía) y
comunicarle el plan de salvación. El número 40 también es simbólico, representa
el tiempo de Dios (Kairos) que supera el tiempo del hombre (cronos).
En
este sentido, la cuaresma significa para mi vida un tiempo sagrado y único de
encuentro con Dios. Podemos estar seguro de que esta cuaresma es para todo
cristiano un tiempo de gracia y salvación. Por lo tanto, tengo que aprovechar
esa gracia en donde Dios se me quiere manifestar y regalarme muchos dones,
principalmente el de la conversión. También, la cuaresma es un espacio único de
encuentro con Dios, el cual, transforma la vida, la vuelve totalmente otra, la
transfigura. Para Abraham, Elías, Moisés y Jesús la montaña sirvió para descansar
en el Señor y retomar fuerzas para continuar su misión. Igual nosotros, nos
encontramos con Dios para descansar en Él y salir fortalecidos para cumplir
nuestra misión en la historia.
Dios te bendiga.
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