viernes, 16 de febrero de 2018

La alianza Dios-humanidad, renovación universal y cósmica


1° domingo de cuaresma, Ciclo B

Gen. 9, 8-15
Salmo 24
I de Pedro 3, 18-22
Marcos 1, 12-15

Y seguimos en la penosa campaña publicitaría de los partidos políticos pidiendo el voto para alcaldes y diputados. Lo que me parece curioso son las alianzas que se hacen entre ellos, inclusos entre supuestos “enemigos”. Claro: “el enemigo de tu enemigo es tu amigo”.  En este contexto no hay códigos morales ni ideales verdaderamente patrióticos, sólo la mezquina ambición del poder. Mientras que el pueblo salvadoreño viéndosela a palitos cada día contra la pobreza, violencia e injusticias.

Pero… ¿Por qué toco este tema de la alianza?

Pues, porque el beato Óscar Romero va a decir que uno de los temas centrales para entender el presente domingo de cuaresma es el tema de la “alianza”. Según la real academia de la lengua española esa palabra significa lo siguiente: “pacto, convenio o tratado en que se recogen los términos en que se alían dos o mas partes”.  Efectivamente, en general hay dos tipos de alianza: entre iguales o entre dispares. Sin embargo, en la biblia aparece una alianza especial: la que hace Dios con la humanidad.

En la primera lectura de la Santa Misa aparece la primera alianza que menciona la biblia: la de Dios con Noé. El diluvio y el arcoíris son los signos esta alianza particular, que el beato Óscar Romero le llama: alianza cósmica.: “Arco iris. La de hoy, después del diluvio, nos habla de ese Dios que nos ha dicho que va a conservar la naturaleza, que va a tener las cosas: «Ésta es la señal del pacto que hago con ustedes y con todo lo que vive con ustedes». Es una alianza cósmica”.

¿Cuáles son las características propias la alianza Dios-humanidad?

Primero, Dios tiene la iniciativa. Todo comienza cuando Dios, desde su libertad, amor e iniciativa, decide salir al encuentro del hombre hundido en la oscuridad del pecado que rompió por completo el orden de la creación. Esto lo hace de manera gratuita, o sea que la alianza es pura gracia de parte de Dios. No hay intereses mezquinos como los que hay entre los hombres de este mundo.

Segundo, el primer beneficiario de esta alianza es el hombre, porque Dios no necesita de nuestras alabanzas ni nuestras bendiciones lo enriquecen, sino que él nos inspira a aceptar su alianza y a darle gracias para que esto mismo nos sirva para nuestra propia salvación. Por esta razón, ya lo decía el Papa Francisco: al menos, dejate encontrar por el Dios que sale a tu encuentro.

Tercero, la alianza implica una renovación no sólo de la persona humana, sino de todo el cosmos sometido al yugo del pecado. Digamos que podemos hablar de una restauración universal y cósmica.

Pero el diluvio y el arco iris como signos de la primera alianza del A.T son figura de la Nueva Alianza realizada en Cristo. Dirá el beato Óscar Romero lo siguiente: “Cristo aparece en las dos lecturas del Nuevo testamento, hoy en su punto culminante. Todas esas alianzas que Dios venía haciendo con el viejo pueblo de Israel no eran más que figuras, promesas, que iban a tener su cumplimiento, su realización en la redención que Cristo iba a hacer. El verdadero arco iris es aquellos brazos abiertos de Cristo en la cruz”.

¿Cómo llega esta alianza hasta mí? Sencillo: a través del bautismo. San Pablo lo dice en la segunda Lectura: Como era hombre lo mataron, pero como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida. Con este Espíritu fue a proclamar su mensaje a los espíritus encarcelados que en un tiempo habían sido rebeldes, cuando la paciencia de Dios aguardaba en los tiempos de Noé, mientras se construía el arca, en la que unos pocos salvaron su vida cruzando las aguas. Aquello era signo del bautismo.

El beato Óscar Romero escribe lo siguiente:

El Bautismo es un elemento insustituible en la Cuaresma. ¿Por qué la Cuaresma de Cristo se hace mi Cuaresma? Porque por el bautismo mío, yo me he incorporado a Cristo y todo lo que Cristo hizo, es mérito mío, se traspasa a través del bautismo. ¿Por qué yo tengo esperanza de que mis pecados, por más grandes que sean, me serán perdonados? Porque Cristo murió en una cruz pagando esos pecados y ese mérito de la cruz se ha hecho tuyo o mío por el bautismo que me incorporó a la muerte de Cristo.

¿Por qué yo, mortal, que siento que mi vida envejece, que mis fuerzas van fallando y que voy camino del sepulcro, siento todo el peso de la mortalidad, de la limitación, de la enfermedad, del pecado? ¿Cómo puedo esperar yo una vida eterna, un resucitado que no muere? Por eso, porque el bautismo hizo tuyo ese reverdecer eterno de Cristo resucitado porque la vida gloriosa de Cristo es tuya por el bautismo. Todo lo de Cristo es mío porque soy un bautizado.

¡Qué gloria la nuestra, queridos hermanos!: Por eso, la Cuaresma quiere despertar en el corazón de cada cristiano su conciencia de bautizado.+

La cuaresma es un tiempo para preparar las debidas disposiciones humanas para celebrar la Pascua de Cristo: el Misterio de su muerte, con la que nos pagó todo lo que debíamos por nuestros pecados y resurrección, con lo cual tenemos nueva vida en Él. El evangelio de este domingo nos da la clave de cómo prepararnos: “conviértanse y crean en el evangelio”, esto lo explica la oración colecta de manera sencilla: celebrar la cuaresma significa avanzar en el conocimiento del misterio de Cristo y vivirlo cada día a plenitud.

La figura central de este domingo es Cristo en el desierto: “En aquel tiempo, Jesús fue llevado por el Espíritu para ser tentado por el diablo”. La cuaresma es entrar al desierto empujados por el Espíritu Santo para renovarnos integralmente: tiempo de austeridad, oración y misericordia. Esto es una necesidad que tenemos todos los bautizados: encontrarnos con nuestros propios males para vencerlos. De esta manera podríamos transformar la realidad personal, familiar, social y eclesial.

Feliz Cuaresma para todos.

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