Aclaración:
no pretendo cambiar ninguna costumbre eclesial en materia litúrgica, ni el
parecer o la regulación de alguna diócesis en concreto. Solamente es una
reflexión u opinión en torno a un gesto que he visto en algunas ordenaciones
sacerdotales: me refiero al hacer el gesto epiclético (obispo y presbíteros)
cuando en la plegaria de ordenación sacerdotal se dicen las palabras que
pertenecen a la naturaleza del sacramento y que son necesarias para la validez
del acto:
TE PEDIMOS, PADRE
TODOPODEROSO, QUE CONFIERAS A ESTOS SIERVOS TUYOS LA DIGNIDAD DEL PRESBITERADO.
RENUEVA EN SUS CORAZONES EL ESPÍRITU DE SANTIDAD, RECIBAN DE TI EL SEGUNDO
GRADO DEL MINISTERIO SACERDOTAL Y SEAN, POR SU CONDUCTA, EJEMPLO DE VIDA.
¿es
correcto este gesto? Cómo dijo Jason, vamos por partes.
Creo
que es gesto puede tener un doble origen:
1.
Una mala interpretación
del texto que está al final del numeral 113 de las Praenotandas del
Pontifical Romano (P.R) de la segunda edición típica (que se ubican inmediatamente
después de las palabras que hemos citado anteriormente) la cuales dicen: Juntamente con el Obispo, los presbíteros imponen las manos a
los candidatos para significar su recepción en el presbiterio.
En
este caso hay que aclarar dos términos:
a. La
imposición de las manos es la que el ministro ordinario de un sacramento hace
sobre la cabeza del que recibe el sacramento. Por ejemplo: antes de ungir al
enfermo, o dar la absolución u ordenar a un ministro.
b. El
gesto epiclético es el que acompaña a una oración precisamente epiléptica intra
o extra eucarística. Por ejemplo: la epíclesis sobre los dones eucarísticos o
la epíclesis que se hace al bendecir el agua de la fuente bautismal:
Por
lo tanto, cuando el 113 del P.R habla de imponer las manos, se
refiere a lo que el numeral 130 del
ritual de ordenación de presbíteros indica: El
Obispo impone en silencio las manos sobre la cabeza de los elegidos. Después,
de la imposición de las manos del Obispo, todos los presbíteros presentes,
vestidos de estola, imponen igualmente las manos sobre cada uno de los
elegidos.
Este
gesto de los “presbíteros” indica, como lo señalé
arriba, la recepción del elegido en el presbiterio,
mientras que la imposición de las manos del “obispo” conforma la materia del sacramento. Hasta aquí los libros
litúrgicos no dicen nada de hacer un gesto epiclético en la plegaria de
ordenación.
2. La
segunda fuente puede ser el gesto que se hace en la Misa Crismal al momento de consagrar
el Crisma: estoy hablando cuando los concelebrantes junto con el obispo
extienden sus manos hacia el Crisma para pronunciar la parte esencial de la
oración consecratoria. Igual, vamos por pedacitos.
a. Los
textos para la Misa Crismal son explícitos en las rúbricas para indicar que los
presbíteros junto al obispo extiendan la mano al momento de la epíclesis lato
sensu que se hace en la oración consecratoria:
Todos los concelebrantes, en silencio, extienden la mano derecha
hacia el crisma, y la mantienen así hasta el final de la oración.
A la vista de
tantas maravillas te pedimos, Señor,
que te dignes que
santificar con tu bendición + este óleo,
y que, con la
cooperación de Cristo, tu Hijo,
de cuyo nombre le
viene a este óleo el nombre de crisma,
le infundas en él
la fuerza del Espíritu Santo…
Esto
me indica que el gesto epiclético tiene que estar indicado de manera explícita
por las rúbricas. Por ejemplo, eso pasa con la epíclesis en las plegarias eucarísticas,
son claras y no dejan lugar a dudas si hacer o no el gesto.
b. Por
otra parte, en la plegaria de ordenación de presbiterios no se encuentra por
ninguna parte la indicación que el obispo o los presbíteros tengan que hacer un
gesto epiclético o una imposición de manos a control remoto (o inalámbrica).
No. El ceremonial de los obispos y el Pontifical Romano dice que el obispo
“extiende” las manos hasta que acabe la plegaría de ordenación. Veamos:
· El 131 del
ritual de ordenación dice solamente: Estando todos
los elegidos arrodillados ante él, el obispo, sin mitra, con las manos
extendidas dice la Plegaria de Ordenación.
· 533 del
ceremonial de los obispos dice: En seguida el
obispo, dejada la mitra, y con las manos extendidas, canta o dice la oración
consecratoria (ahora se le llama plagaría de ordenación), mientras los
elegidos permanecen ante él de rodillas.
· Luego
el 534 dice: Concluida la oración
consecratoria, el Obispo, se sienta y recibe la mitra.
Recordemos
que las “manos extendidas” es un gesto que acompaña las oraciones
presidenciales.
¿Dónde está el gesto epiclético? Pues, en ninguna
parte.
c. Por
último, las palabras de la plegaria de ordenación, sobre todo las esenciales
(las que indican una epíclesis, pero sin gesto epiclético) son la “forma” del sacramento, por lo tanto,
son necesarias para la validez del sacramento.
Conclusión:
i.
La
materia del sacramento del orden es la imposición de las manos del Obispo sobre
la cabeza del ordenando.
ii.
La
imposición de las manos de los concelebrantes indican una recepción en el
presbiterio.
iii.
Las
dos imposiciones anteriores son las únicas que se hacen dentro del rito de
ordenación.
iv.
La
plegaria de ordenación sólo está acompañada por las manos extendidas del Obispo
(en lo que gestos se refiere), los presbíteros solamente están junto a él sin
hacer más, de tal manera que los fieles puedan observar claramente el momento.
v.
Imposición
de las manos no es lo mismo que gesto epiclético, aunque ambos signos sean
similares.
vi.
La
plegaria de ordenación sacerdotal es una oración presidencial, por lo tanto, el
gesto que lo acompaña es solamente las “manos extendidas” del presidente, o
sea, las del obispo que está ordenando a los elegidos.
vii.
La
sugerencia es no hacer gestos innecesarios dentro de la liturgia, porque no
ayudan a captar la verdad del sacramento, más parecen manías que alimentan
una errónea percepción psicológica de la eficacia sacramental.
viii.
En
todo caso, si se continúa haciendo el gesto dentro de las ordenaciones
sacerdotales, estaríamos hablando nada más de un signo pedagógico para el
pueblo fiel, pero no tendría nada que ver con la eficacia del sacramento.
Para
terminar, hagamos el ánimo y de qué veamos que hablo en el siguiente video:
Feliz día, Dios te bendiga.
P. Judá García
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