Me llamó
la atención un meme que vi hace un poco, su mensaje era el siguiente: “el
problema no es la falda, sino tu mente retorcida”.
Antes que
todo, condeno cualquier tipo de actitud abusiva, depravada y atrevida contra
las mujeres, no quiero que se piense lo contrario. Sin embargo, en nuestra
experiencia de confesor y director espiritual, podemos decir con certeza que
esa afirmación es una verdad a medias, porque de alguna manera nadie tiene
un mente full healthy, porque nuestra naturaleza herida por el
pecado original (concupiscencia) no lo permite, por tanto, quien lo diga no es
honesto del todo, porque siempre se puede sucumbir a la tentación de
la crítica o de los malos pensamientos. pero eso no es mi punto.
Por otro
lado, no es cierto que las personas puedan vestir como quieran, porque la
libertad se mueve en el marco de las virtudes y derechos, lo que quiere decir
que si nuestros actos transgreden los derechos de los demás o fomentan los
defectos o los excesos, atentamos contra el bien común, dejamos de ser libres.
En esta
línea, quiero escribir una pocas líneas sobre el pudor: nos referimos a la
virtud de la honestidad, modestia y recato para cuidar la intimidad de si
mismo.
El defecto con
respecto a esta virtud es el impudor, o sea, falta de recato y vergüenza en
evidenciar la intimidad de cada uno o de terceras personas; por ejemplo, la
pornografía o el erotismo. En el otro extremo tenemos la exceso,
hablamos del puritanismo hipócrita, o sea la excesiva escrupulosidad en el
proceder; este tipo de actitud ve pecado en todo y condena todo.
El pudor
quiere proteger la intimidad de cada uno, pero también el bien de los demás.
Recordemos lo que dice Gal 5, 19-20: Se sabe muy bien cuáles son las obras
de la carne: fornicación, impureza y libertinaje, idolatría
y superstición, enemistades y peleas, rivalidades y violencias, ambiciones y
discordias, sectarismos, disensiones y envidias, ebriedades y orgías, y
todos los excesos de esta naturaleza. Les vuelvo a repetir que los que hacen
estas cosas no poseerán el Reino de Dios.
Igualmente lo que dice mateo
18, 6-7: Pero si alguien escandaliza a uno de estos
pequeños que creen en mí, sería preferible para él que le ataran al cuello una
piedra de moler y lo hundieran en el fondo del mar. ¡Ay del mundo a causa de los escándalos! Es inevitable que
existan, pero ¡ay de aquel que los causa!.
Ahora
bien, el pudor no es absoluto en sí mismo en el campo ético o moral, sino
relativo, porque en realidad está al servicio del amor, virtud que si es
absoluta para el cristiano. En otras palabras, por amor evitemos hacer pecar a
otros, y guardemos nuestra intimidad para salvaguardar, por amor a si mismo,
nuestra propia dignidad. y , como buen consejo, tampoco andemos juzgando a nadie como viste.
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