El
beato Óscar Romero y la reforma del año liturgico del siglo XX (Parte V)
Pero comprende que el trabajo renovador de la liturgia
es un beneficio espiritual para toda la Iglesia, porque la riqueza de sus
celebraciones se mostrará más clara para todo el pueblo de Dios, es decir, se
estaba permitiendo que todos los fieles pudieran acceder al Misterio de Cristo
y de la Iglesia que están detrás del momento celebrativo: está apostando por
una visión más comunitaria de la liturgia.
En otras palabras, está convencido de que todos los
fieles no son simples espectadores, sino protagonistas de la celebración
litúrgica, porque la liturgia no es un conjunto de ceremonias ininteligibles,
sino una realidad teológica y ascética en donde toda la Iglesia deberá
participar de manera activa. Así lo decía en un artículo que publicó el 18 de
enero de 1962:
Uno puede asistir a la misa y permanecer mudo
como una piedra, o cruzarse de brazos como quien asiste a una obra de teatro
chino donde no se comprende nada. Pero un cristiano verdadero no puede asistir
a la misa de esta manera. No venimos a la misa para seguir el desarrollo de un
espectáculo interesante, donde tenemos que estar presentes y tratar de
comprender algo. Para nosotros bautizados el asistir a la misa es un PARTICIPAR
y un tomar parte con todo nuestro ser al Misterio de Cristo presente entre
nosotros. […] Si uno exige en la misa
movimientos colectivos no de un mero capricho sino para orientar la oración
conforme a las fases diversas de la acción, en una participación activa y
comunitaria.[1]
Cuando habla de la participación activa, podemos notar
algo especial: que en su pensamiento hace acto de presencia todo el magisterio
litúrgico, y también que se manifiesta su sintonía con el espíritu de una
pastoral litúrgica que desea llevar a los fieles a una participación
consciente, activa y fructuosa de la liturgia, deseos que reivindicará SC meses
después. Lo importante es que tengamos en cuenta que era una de sus
convicciones perennes, es decir, no era una visión que había adquirido de la
noche a la mañana, sino que es fruto de un largo proceso de reflexión, similar
a muchos autores del movimiento litúrgico de su tiempo.
Esto es evidencia que el padre Romero consideraba que valía la pena
recuperar el sentido teológico y comunitario de la celebración litúrgica,
aunque eso signifique renunciar a aspectos accidentales, no pocas veces
sobrevalorados, llevando a que se oscureciera los más esencial e importante de
la liturgia: su verdad, belleza, nobleza, sencillez y brevedad. Su mejor
ejemplo de sacrificio era Pablo VI:
El Domingo recién pasado el Papa antes de ir
a celebrar su primera misa en italiano, hizo esta oportuna declaración: el
latín significa para la Iglesia un idioma hermoso y noble, sin embargo "ha
sacrificado la tradición de siglos y la unidad de su idioma" en un
esfuerzo por llegar a todos para procurarles su renovación espiritual. Lo
esencial, lo primero, la renovación espiritual. Lo accidental por más querido
que sea es secundario y no hay que aferrarse a ello con detrimento de lo esencial.[2]
A la luz de lo que hemos expuesto hasta ahora, nos
parece claro que hizo muchos esfuerzos por comprender el espíritu del Vaticano
II y que se abrió a los cambios sustanciales de la reforma litúrgica, pues
sabía diferenciar entre lo que es de institución divina y lo que es de derecho
humano. Es decir, tiene presente el criterio de lo inmutable y lo mutable en la
liturgia; además, tiene en cuenta que una de las finalidades ineludibles de la
liturgia es el bien y la renovación espiritual de los fieles.
Por ejemplo, esperaba con ansias todas las reformas de
SC, le hacía ilusión tener en sus manos los nuevos libros litúrgicos que
entonces todavía se estaban confeccionando. Asimismo, valoraba con firmeza la
posibilidad de hacer una celebración de la Palabra por parte de un diácono o un
agente de pastoral debidamente preparado, y otros aspectos similares.[3]
Cabe agregar que su valoración sobre la reforma
litúrgica se basaba en sólidos conocimientos de historia y de teología de la
liturgia, lo que le hacían consciente de lo que se estaba recuperando era el
resplandor de la liturgia de los primeros siglos de la Iglesia, pero adaptados
al mundo actual:
El
moderno movimiento de la Iglesia pretende redescubrir " de acuerdo con las
circunstancias de nuestra época la índole primitiva de la celebración de los
misterios de la redención cristiana, muy especialmente del Misterio Pascual
" (Conc. Vaticano. Constitut. Litúrgica). La "índole primitiva"
de la semana santa es triunfal. Prevalece la idea de la pascua y la
resurrección como meta de la cruz y la pasión. Fue la concepción medieval la
que puso una índole penitencial a la cuaresma y dio aspecto lúgubre a la semana
santa. La Iglesia quiere hoy volver a aquella índole triunfal.[4]
A estas palabras, las llamaríamos hoy
"hermenéutica de la continuidad", porque es una visión de la reforma
donde la conservación de la tradición litúrgica no entra en conflicto con la
adaptación de la liturgia con el mundo actual, sino que hay una verdadera y
legitima continuidad a la altura de los signos de los tiempos.
El lenguaje de sus artículos tiene ciertamente un tono
apologético: no alcanza el nivel de una disertación teológica de las grandes
universidades pontificias, pero nos parece importante que esto se dijera en el
ámbito de la pastoral y que se insistiera en el sentido teológico de la
liturgia. Era una manera de llevar a feliz término las intenciones auténticas
de los grandes autores del movimiento litúrgico, que seguramente no querían que
su pensamiento se quedara en un aula académica, sino que llegara a beneficiar a
todos los fieles.
[1] MONS. ROMERO, Como asistir a la Misa http://www.romeroes.com/monsenor-romero-su-pensamiento/prensaescrita/semanario-chaparrastique?start=150 (03/10/2014).
[2] MONS. ROMERO, Continuidad impresionante http://www.romeroes.com/monsenor-romero-supensamiento/prensa-escrita/semanario-chaparrastique?start=240 (03/10/2014).
[3] Cf. MONS. ROMERO, Mañana, domingo histórico http://www.romeroes.com/monsenor-romero-supensamiento/prensa-escrita/semanario-chaparrastique?start=240 (03/10/2014).
[4] MONS. ROMERO, Una semana santa triunfal http://www.romeroes.com/monsenor-romero-supensamiento/prensa-escrita/semanario-chaparrastique?start=255 (03/10/2014).