sábado, 29 de agosto de 2015

MENSAJE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE EL SALVADOR ANTE LA GRAVE SITUACION DE VIOLENCIA QUE SUFRE NUESTRO PAIS


1. Los Obispos de la Conferencia Episcopal de El Salvador, reunidos en Asamblea Ordinaria en el mes de julio, en las vísperas de la solemnidad del Divino Salvador del Mundo, Patrono de nuestra Nación, ante la aflictiva crisis nacional, a las víctimas de la violencia les expresamos nuestro dolor y cercanía, y en solidaridad ofrecemos a Dios nuestras oraciones.
2. Merece nuestro elogio la actitud valiente y generosa de la población salvadoreña que, a pesar de los problemas por los que atraviesa, no se doblega y sigue adelante en el cumplimiento de sus deberes, con el espíritu trabajador y abnegado que le caracteriza. Les animamos a no darse por vencidos. Hoy es el momento de vivir de acuerdo a nuestros principios y valores, a no dejarnos vencer por el mal, sino a vencer el mal con el bien. Es el momento de que todos seamos solidarios con los que sufren y aportar lo mejor de nosotros en favor del bien común.
3. En este momento de mucho sufrimiento, dolor y luto, les animamos a fortalecer su fe y mantener la esperanza, confiando en la misericordia divina; supliquemos al Divino Salvador que proteja y salve nuestra nación. Invitamos a todos a unirnos en oración por la paz. A nuestros sacerdotes les pedimos promover la oración por la paz en todo el país. Que en todos los templos parroquiales y capillas donde está el Santísimo Sacramento, a partir de esta fecha, todos los días jueves y sábados por la tarde, se haga una hora de adoración al Santísimo. Que además se hagan procesiones, Rosarios, ayunos y sacrificios, suplicando a Dios el don de la paz para nuestra Nación.
4. A los que tristemente han optado por la violencia, les urgimos a deponer esa actitud y volver a Dios. Les advertimos que de todas nuestras acciones daremos cuenta ante el tribunal de Dios, y que nadie escapará de la justicia divina.
5. A las Autoridades del Estado, a los políticos de todos los partidos, y a todas las fuerzas vivas de la sociedad, les pedimos que actúen con responsabilidad, cumpliendo con sus deberes en favor de la sociedad, deponiendo las actitudes negativas de ataque mutuo que generan más división en el pueblo. Por el contrario, es tiempo de unir esfuerzos, con respeto y espíritu de colaboración, para promover la paz y el progreso en nuestra Nación. Les exhortamos a poner su mejor esfuerzo obrando de manera honesta, recordándoles que el fin no justifica los medios.
Pedimos al Divino Salvador del Mundo, por intercesión de la Reina de la Paz y de nuestro Beato Monseñor Romero, el don de la paz para todos.
Dado en la sede de la Conferencia Episcopal de El Salvador, San Salvador, 30 de julio de 2015.

martes, 25 de agosto de 2015

Recensión: Enfoques histórico-críticos

Datos biográficos:

BARTON, JOHN, <<Enfoques histórico-crítico>>, en J. BAETON (ed),  La Interpretación bíblica hoy, (Presencia Teológica 113), Santander: Sal Terrae 2001, pp. 25-37.

Sinopsis:

John Barton en su artículo intenta hacer un breve escrito sobre la crítica histórica como método del estudio académico de la biblia a partir del siglo XIX. El estudio de este autor se ubica en el ámbito de habla inglesa y alemana. Ciertamente, oscila en dos grandes posturas, que al parecer en su criterio nos podrían proporcionar una mirada general de la cuestión: habla de la decadencia del método histórico-crítico, fruto del movimiento de la ilustración, ahora relegada a un interés puramente histórico y de un cambio de paradigma, propuesto por la tendencia intelectual postmoderna para el estudio de la biblia, el cual, se centrará en un estudio inmanente del texto. Él valora estas posturas haciendo dos afirmaciones muy importantes: primero, el ataque postmoderno contra la pretensión de la crítica histórica de la biblia de buscar una verdad objetiva es válida mas no sólida; y segundo, hace una invitación a que la crítica histórica desde su propia naturaleza reaccione a muchos puntos que las posturas postmodernas puedan plantear. En general, quiere llegar a una definición de lo que es el estudio académico de la biblia, acentuando que lo importante no es la dimensión histórica del texto en si misma sino el punto crítico al respecto, sin limitaciones de ninguna clase, desde una postura abierta y honrada.

Valoración crítica del texto:

A nuestro criterio, el presente artículo al plantear una visión sinóptica del status quo del estudio académico de la biblia de los últimos siglos proporciona una herramienta eficaz y eficiente en términos introductorios para la comprensión de las líneas metodológicas de profundización de la naturaleza de la crítica histórica aplicada a la biblia. También debemos considerar como correcta y acertada su propuesta de estudiar la biblia desde una postura abierta y honrada, ya que estamos de acuerdo que la pretensión de encontrar datos absolutamente objetivos en los textos bíblicos es una quimera imposible de alcanzar. Sin embargo, tiene la debilidad de contestar satisfactoriamente en que consiste la naturaleza propia de la crítica histórica, al menos no aparece una clara definición. Tampoco justifica la debilidad científica de las posturas postmodernas que atacan a la crítica histórica tradicional.


Valoración personal del tema:

            La interpretación de la biblia desde una perspectiva católica parte desde la concepción creyente de las tradiciones religiosa judía y cristiana; sin embargo, no podemos prescindir del rigor científico de la exegesis o de los métodos de la crítica histórica aplicada a los textos bíblicos. En este sentido debemos precisar lo que deberíamos entender por una postura abierta y honrada para no caer en el error de atribuir un sentido falso a lo que los hagiógrafos quisieron decir en su momento, riesgo que corren las posturas neutrales o creyentes. Además, consideramos que el análisis hermenéutico de la biblia es fundamental si se quiere tener un estudio integro de los textos bíblicos, ya que el sentido de los mismos para nuestra actualidad tienen un valor irrenunciable. Además, el hecho de atenernos a una autoridad (en el sentido estricto de la palabra) en la interpretación de la biblia no es necesariamente una arbitrariedad cuando está en armonía con la fe recibida y los datos proporcionados por la ciencia bíblica.

LA VERDADERA RELIGIÓN SEGÚN EL BEATO ÓSCAR ROMERO


«LA RELIGIÓN AGRADABLE A DIOS»

¿Cuál es la religión verdadera? Religión falsa es esa que hemos dicho. Y Puebla dice: lo más horroroso de esos estados de fuerza regidos bajo la ideología de la seguridad nacional, es que se crean que ellos son cristianos y defensores del cristianismo del Occidente. ¡No hay hipocresía más grande que, en nombre del mismo cristianismo, se esté apuñalando al hombre y al pueblo cristiano! En cambio, la religión verdadera, la que no es vacía de interioridad, de revelación, ni de obras, es ésta.

a) Interioridad. En el evangelio de hoy cuando Cristo dice: «lo que entra de fuera no mancha si el corazón no lo recibe». Siempre, otra vez, ¡la interioridad! Hermanos, si no sabemos encontrarnos con Dios en el interior de nuestra conciencia, no hemos conocido la verdadera religión. Y qué fácil es, hasta los alcohólicos anónimos tienen en una de sus reglas: «ir ganando en conciencia del trato con Dios». Esto lo diría a mis queridos cristianos: «Vayamos ganando cada día más en la conciencia de que puedo platicar y de veras platicó con mi Señor y Dios, con mi Padre. Ésa es la interioridad que inspirará mi sinceridad. ¿Cómo podrá engañar a otros, aunque hable en la Asamblea Legislativa, el que no trata de engañarse a sí mismo? No se engaña a sí mismo el que ora con Dios nuestro Señor. Por eso dicen los santos: «El que ora, vive bien; y el que no ora, vive mal». Si mucha gente en El Salvador vive mal, aquí está la causa: falta de interioridad, falta de oración.

b) Otra condición de la ley de la verdadera religión: «cumplir la ley de Dios antes que las tradiciones de los hombres». La ley de Dios es tan hermosa, tan fácil, tan sencilla, que ahí estaría compendiado todo, en vez de tantos códigos penales, civiles, constituciones, etc., que no se cumplen para nada. Bastarían diez mandamientos de la ley de Dios y El Salvador se transformaría. La religión verdadera cumple la Ley de Dios y no tanto las tradiciones y los enredos que los hombres hacen con sus legalidades, con sus legalismos.

c) Condición que nos pone la segunda lectura de hoy: que haya obras que prueben la fe: visitar a la viuda, socorrer al huérfano. Es decir, hacer obras buenas, sobre todo, en sentido de caridad y de amor, con verdadero sentido de igualdad humana. Nadie se sienta superior a otro, porque si a ti te sobra es porque Dios te lo ha dado a ti, y, por tu medio, se lo quiere dar al otro. ¡Siéntelo como hermano!

d) Condición: elementos de una religión sobrenatural, nos propone hoy Santiago en su segunda carta. Yo quisiera -ya que estoy hablando a un auditorio católico: muchas religiosas, muchos laicos comprometidos con la Iglesia, a las comunidades que me escucharán por radio- decirles, queridos hermanos cristianos, que nuestra religión no sólo se contenta con esas tres cosas: de interioridad, de ley de Dios y de obras buenas. Tenemos todavía un horizonte más divino, es la vida sobrenatural: la trascendencia.

-La gracia: Donde Santiago hoy nos dice: «El Padre, por propia iniciativa, nos engendró para el amor y nos ha hecho como primicia de sus criaturas». Quiere decir aquí: el que está en gracia de Dios, está como engendrado directamente por Dios. No basta la vida que me dieron mis padres. Ésa es una vida natural que, desde Adán, viene privada de la gracia de Dios. Como decíamos el domingo pasado: lo más hermoso de mi vida cristiana es que, sobre esa vida que me dieron mis padres, tal vez muy agradable, inteligente, capaz de todo lo humano, le falta, diríamos, un segundo piso. Es la gracia, lo que Dios te quiere dar: el perdón de tus pecados y hacerte hijo suyo, heredero de su gloria, que cuando mueras lo puedas ir a poseer eternamente. Éste es el primer elemento: vivir en gracia de Dios.

-La palabra de la verdad. Nos engendró en la palabra de la verdad. Santiago no exhorta hoy a «aceptar dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvarnos». Sólo esta palabra es capaz de salvarnos. Creer, esperar, esta es la gracia del cristiano en nuestro tiempo. Cuando muchos desesperan, cuando les parece que la patria ya no tiene salida, como que todo se acabó, el cristiano dice: No, si todavía no hemos comenzado, todavía estamos esperando la gracia divina que, ciertamente, ya se comienza a construir en esta tierra, y seremos una patria feliz y saldremos de tanto crimen. Habrá una hora en que ya no haya secuestros, habrá felicidad, podremos salir a nuestras calles y a nuestros campos sin miedo a que nos torturen y nos secuestren. ¡Vendrá ese tiempo! Canta nuestra canción: «Yo tengo fe que todo cambiará». Ha de cambiar si de veras creemos en la palabra que salva y en ella ponemos nuestra confianza.

Para mí, éste es el honor más grande de la misión que el Señor me ha confiado: de estar manteniendo esa esperanza y esa fe en el pueblo de Dios, y decirle: «Pueblo de Dios, sean dignos de ese nombre».

Pueblo de Dios no equivale a pueblo de El Salvador. En el pueblo de El Salvador están ustedes como pueblo de Dios. Ustedes son una selección, ustedes son como -lo que ha dicho aquí Santiago- la primicia de la salvación. El pueblo de Dios, los bautizados que formamos comunidades, los que hacemos Iglesia tenemos que hacer honor a esa elevación de esperanza, de fe, de gracia, de filiación divina, para no dejarnos perder en la confusión de las cosas de abajo, que aunque sean religiosas pero muchas veces se tornan falsas religiosas y se torna muchas veces confusión y hasta en la misma religión como comenzamos diciendo, hasta en los mismos templos puede haber falsa adoración del Señor. En cambio, esto no equivoca: arrepentirse del pecado, vivir en gracia de Dios, poner la confianza en el Señor, esto es lo que hace al pueblo de Dios su característica más propia, la que lo hace pueblo de esperanza.

Yo quisiera que mi Iglesia, mi Arquidiócesis, mis comunidades queridas, mis sacerdotes, mis religiosas, todos fuéramos de verdad una expresión de esta vida divina, de esta trascendencia, de esta esperanza que está más allá de nuestra historia, y que ya en esta historia comenzará a hacerse realidad en la medida en que nosotros vivamos esa realidad trascendente. Por eso no nos pueden entender los que no entienden la trascendencia. Cuando hablamos de la injusticia aquí abajo y la denunciamos, piensan que ya estamos haciendo política. Es en nombre de ese reino justo de Dios que denunciamos las injusticias de la tierra y en nombre de aquel premio eterno que les decimos a los que todavía trabajan en la tierra: «Trabajen, pongan al servicio de la Patria todo su esfuerzo, sus capacidades técnicas, profesionales, políticas, para dar a El Salvador una Patria que no sea ya el producto de tantos corazones podridos; sino que sea de verdad la política santa, la profesión y la justicia tal como la debían de hacer los hijos de Dios manejando la política de la tierra.

22º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO B

En la biblia existe un término central para comprender teológicamente al hombre: el corazón (Lev en hebreo), cuyo sentido sobrepasa lo fisiológico o poético, ya que se refiere al hombre y su esencia, es decir, a su fuerza y centro vital; recordemos que para la mentalidad hebrea en el hombre no hay separación entre espíritu y cuerpo, es una unidad total.

El pasaje del evangelio que estamos comentando es un episodio que nos presenta San Marcos, en donde hace un esfuerzo por traducir el ambiente oriental al occidental (Roma), sobre todo la posición de Jesús ante las costumbres religiosas Judías, las que consideró un culto vacío porque hacían prevalecer las tradiciones humanas y dejaban atrás el mandamiento de Dios.

Karl Barth dice que el Evangelio de Salvación no necesita buscar ni rehuir la disputa de las religiones o de las ideologías mundiales, pues no es una de tantas verdades, sino que pone en cuestión todas las verdades existentes, porque es la Verdad absoluta, es decir, que el Evangelio de la Resurrección es la fuerza de Dios que deja al descubierto las mentiras del mundo.    

En este sentido, el beato Oscar Romero dice que en este pasaje bíblico Jesús revela un triple vacío que descubre a la religión falsa:

a)                  Vacío de interioridad: «No es lo que entra de afuera lo que mancha el corazón si el corazón no lo quiere recibir. Es lo que sale del corazón manchado lo que hace sucio al hombre y al mundo». La interioridad consiste en que Dios no tenga que quejarse: «El corazón está muy lejos de mí». ¡Qué el corazón esté cerca! ¡Cómo ansía el Señor la cercanía de sus hijos! Aunque sea un pecador pero vuelve arrepentido.

b)                 Vació de revelación y de verdad de Dios: «Se cuidan muy bien de lavarse las manos, de no tocar muertos». ¡Tradiciones humanas! Pero por esas tradiciones humanas han descuidado la verdadera revelación de Dios.

c)                  Vacío de obras: Yo les invito a que la lean detenidamente toda esa carta de Santiago, pone dos ejemplos: «visitar a las viudas y a los huérfanos, y conservarse limpio en el mundo». Esto es la verdadera religión. No sólo conservarse limpio sino visitar a viudas y huérfanos. Es una expresión bíblica que quiere decir: ocuparse del necesitado.


Por lo tanto, lo principal de la fe es lo interior, no las apariencias y las tradiciones humanas, Dios mira el corazón de la persona, lugar en donde existe la adoración en espíritu y en verdad. Nuestra vida tiene que estar dirigida por la revelación de Dios, no podemos cerrarnos a su verdadera voluntad manifestada plenamente en Jesucristo, de lo contrario corremos el riesgo de aquellos a los que vino la Palabra pero no la recibieron y se quedaron fuera de la salvación.  Y por supuesto, este fundamento interior nos llevará a realizar las obras que el evangelio de Mateo señala como las que verá el Señor al final de los tiempos: tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber…en fin, atender todas esas situaciones de pobreza, sufrimiento y marginación por amor a la presencia misteriosa del Señor en los más pobres y necesitados.  

Cinco caminos de penitencia según San Juan Crisóstomo


¿Queréis que os recuerde los diversos caminos de penitencia? Hay ciertamente muchos, distintos y diferentes, y todos ellos conducen al cielo.

El primer camino de penitencia consiste en la acusación de los pecados: Confiesa primero tus pecados y serás justificado. Por eso dice el profeta: Propuse: «Confesaré al Señor mi culpa», y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. Condena, pues, tú mismo aquello en lo que pecaste, y esta confesión te obtendrá el perdón ante el Señor, pues quien condena aquello en lo que faltó con más dificultad volverá a cometerlo; haz que tu conciencia esté siempre despierta y sea como tu acusador doméstico y así no tendrás quien te acuse ante el tribunal de Dios.

Éste es un primer y óptimo camino de penitencia; hay también otro, no inferior al primero, que consiste en perdonar las ofensas que hemos recibido de nuestros enemigos, de tal forma que, poniendo a raya nuestra ira, olvidemos las faltas de nuestros hermanos; obrando así, obtendremos que Dios perdone aquellas deudas que ante él hemos contraído; he aquí, pues, un segundo modo de expiar nuestras culpas. Porque si vosotros perdonáis al prójimo sus faltas -dice el Señor-, también os perdonará las vuestras vuestro Padre celestial.

¿Quieres conocer un tercer camino de penitencia? Lo tienes en la oración ferviente y continuada, que brota de lo íntimo del corazón.

Si deseas que te hable aún de un cuarto camino, te diré que lo tienes en la limosna: ella posee una grande y extraordinaria virtualidad.

También si eres humilde y obras con modestia, en este proceder encontrarás, no menos que en cuanto hemos dicho hasta aquí, un modo de destruir el pecado: De ello tienes un ejemplo en aquel publicano, que, si bien no pudo recordar ante Dios su buena conducta, en lugar de buenas obras presentó su humildad y se vio descargado del gran peso de sus muchos pecados.

Te he recordado, pues, cinco caminos de penitencia: primero, la acusación de los pecados; segundo, el perdonar las ofensas de nuestro prójimo; tercero, la oración; cuarto, la limosna; y quinto, la humildad.

No te quedes, por tanto, ocioso, antes procura caminar cada día por la senda de estos caminos: ello, en efecto, resulta fácil y no te puedes excusar aduciendo tu pobreza, pues aunque vivieres en gran penuria podrías deponer tu ira y mostrarte humilde, podrías orar asiduamente y confesar tus pecados; la pobreza no es obstáculo para dedicarte a estas prácticas. Pero, ¿qué estoy diciendo? La pobreza no impide de ninguna manera el andar por aquel camino de penitencia que consiste en seguir el mandato del Señor, distribuyendo los propios bienes -hablo de la limosna-, pues esto lo realizó incluso aquella viuda pobre que dio sus dos pequeñas monedas.

Ya que has aprendido con estas palabras a sanar tus heridas, decídete a usar de estas medicinas y así, recuperada ya tu salud, podrás acercarte confiado a la mesa santa y salir con gran gloria al encuentro del Señor, rey de la gloria, y alcanzar los bienes eternos por la gracia, la misericordia y la benignidad de nuestro Señor Jesucristo.

De las Homilías de san Juan Crisóstomo, obispo
(Homilía 2 Sobre el diablo tentador, 6: PG 49, 263-264)

jueves, 20 de agosto de 2015

Beato Oscar Romero: La Iglesia madre la unidad ante las idolatrías de los partidos politicos

A la luz de esta revelación de la trascendencia de Cristo que nos revela al Dios absoluto, que hermoso es explicar el reto de Jesús a todo un pueblo: «Ya conocen al verdadero Dios, pero también conocen los falsos dioses. ¡Decídanse a quién van a adorar!»

-Un llamamiento aquí a la intimidad de la Iglesia. Si la Iglesia está cumpliendo hoy en la patria la función de Jesús, señalando al único Dios verdadero y advirtiendo contra los falsos dioses, queridos sacerdotes, queridas religiosas, religiosos, instituciones católicas, comunidades eclesiales, parroquiales y de base, todos los que nos llamamos Iglesia, ¡por favor! que se distinga en nuestra voz, la voz de la trascendencia. Que aquellos que como los judíos quisieran utilizarlos haciéndonos reyes políticos de la tierra encuentren la respuesta rotunda de Cristo: Se huyó al monte para proclamar únicamente el reinado de Dios que está, sí, por encima de toda política. Y si la Iglesia ilumina las realidades de la tierra, acompaña a los hombres que pertenecen a organizaciones, entra a los palacios tal vez de la política, nunca debe de confundirse con la política de partido, sino siempre debe de ser luz que ilumina y apoya lo bueno, y denuncia y mal informa lo malo...

La voz de la Iglesia, por mi parte, he tratado de hacerla nítida; tal vez no lo logre, porque hay mucha mala voluntad, mucha ignorancia y mucha idolatría; y el idólatra no quiere que le boten su ídolo. Sin embargo, esta voz quiere reclamar, una vez más, que esto es lo que yo quiero predicar: a este Cristo que dice que no busca las cosas de la tierra, sino para salvarla. Me da risa cuando dicen que yo estoy propugnando por el poder. ¿Qué capacidad tengo yo para ser un presidente o un ministro? Dios me ha llamado para ser un sacerdote y servir desde mi Iglesia, desde mi sacerdocio.


Ayer en San Juan Opico, el Canal 13 de televisión de México me preguntaba: «Si le ofrecieran a usted o a la Iglesia el liderazgo en una revolución, ¿usted lo aceptaría?» Le dije yo: «Haría un disparate, la Iglesia no está para eso en la tierra. La Iglesia no está para ser un capitán de un ejército. La Iglesia no está para llevar una revolución. La Iglesia está para ser madre de unidad. Se mantiene autónoma entre dos partidos que pelean para poderle decir, a uno y a otro, lo justo y lo injusto; y para poder reclamar a la hora de los pecados de guerra, lo que no se debe de hacer ni en situaciones conflictivas». La Iglesia quiere ser siempre la voz de Cristo, el pan que baja del cielo para la vida, para la luz, para la salud del mundo. Yo les suplico, queridos colaboradores de la Iglesia, manifestemos de la forma más nítida este pensamiento de Cristo, esta trascendencia de la Iglesia que decía Pablo VI: «Si la Iglesia predicara otra liberación que no es la de Cristo, que no es la del pecado, ni la de llevar a los hijos de Dios hasta el cielo, hasta la vida eterna; una Iglesia que se confundiera con liberaciones únicamente de la política, de la economía y de lo social perdería su fuerza original y no tendría derecho a hablar de liberación en nombre de Dios».

(Homilía 26/08/1979) 

miércoles, 19 de agosto de 2015

Recensión: Los libros históricos del Antiguo Testamento en Ian Provan

Datos biográficos:

Provan, Ian, <<Los libros históricos del Antiguo Testamento>>, en J. BAETON (ed),  La Interpretación bíblica hoy, (Presencia Teológica 113), Santander: Sal Terrae 2001, pp. 25-37.

Sinopsis: 

Ain Provan en el presente artículo quiere exponer de manera completa aunque genérica el statu quo de la investigación sobre los libros histórico de la biblia,  que según él se debate entre dos tipos de estudio al respecto, a saber: en primer lugar están los que consideran a dichos libros históricos como tales y en un segundo momento los que debaten sobre una tarea adecuada de los interpretes con ellos. Ciertamente, para desarrollar esta temática ha hecho dos preguntas que forman la columna vertebral de toda su disertación:

a)      ¿Historia o historias?

Nuestro autor de entrada comienza usando el nombre de Libros Narrativos en lugar de Libros Históricos porque permite evitar una alocución sobre la conexión con el mundo real del pasado, además dicho término corresponde de manera más adecuada al juicio que en la práctica general han tenido los interpretes hisotico-criticos contemporáneos, ya que en general no se han considerado histórico como tales, sino como una construcción literaria narrativa en donde se pueden sacar pepitas de la historia, pero no una ventana abierta al pasado, a pesar de que señala que en la historia del estudio de la biblia dominado por los históricos críticos los investigadores oscilan entre estas posiciones, supone que estaban conscientes de que estos textos si bien no eran históricos en sí mismos pero tampoco eran del todo narrativos. Sin embargo, el péndulo ahora mismo está del lado de la estructura literaria narrativa de los textos en cuestión. En el fondo, se afirma en la actualidad encontramos los que defienden el estudio literario del texto y los que prefieren un estudio histórico crítico; ahora bien, nos encontramos con una aporía significativa: ahora se dice que es insalvable el objetivo de encontrar el pasado real debajo de los textos. Entonces plantean unas preguntas ¿qué pasa con la historia? ¿En qué sentido son históricos?  Concreta la cuestión afirmando que no resulta nada sorprendente que donde existe la obsesión por descubrir la ideología o la historia detrás de los textos, exista avatares a la hora de reconstruir el pasado real con los mencionados textos que dicen dar testimonio de él; Sin embargo, la ventaja es el interés por el estudio literario de ellos. Al final hace unas preguntas, las cuales según su criterio pueden delinear el futuro del término histórico para estos libros.

b)     ¿textos o lectores?

Esta pregunta corresponde al segundo campo principal del debate que Ian Provan plantea en este artículo, el cual, alude a lo que anteriormente se ha planteado sobre la ideología a la hora de hacer los estudios sobre los libros históricos de Antiguo Testamento, es decir, las cuestión de las responsabilidades interpretativas. En esta línea hace una afirmación importante: la escuela histórico critica considera como su tarea principal entender y hablar extensamente sobre los textos históricos del Antiguo Testamento desde éstos mismo y dentro de su propio contexto. Aunque al mismo tiempo, se platea  una pregunta de dos posiciones antagónicas de la escuela de los críticos históricos: ¿por qué nuestra interpretación del texto debe quedar limitada por las supuestas intenciones comunicativas de sus autores o compiladores?

         El articulo habla de los que tienen en cuenta la libertad del autor, ya que estos eran un número reducido y selecto, los cuales limitados por sus ideologías aristocráticas contarían la historia según su visión la cual resulta ser muy parcial, habiendo otras igualmente válidas. También están los  que tienen en cuenta las restricciones del canon, los cuales defienden que los límites no es son los contextos históricos, sino que lo que se debe considerar decisivo para la interpretación es su contexto canónico.

Valoración del texto: 

         El texto tiene el mérito de dar una visión general sobra los estudios más recientes de los textos de los libros históricos del Antiguo Testamentos. Para algunos de nosotros resulta muy enriquecedor por nos damos cuenta que los conocimientos bíblicos básicos que poseemos coinciden con un estadio anterior a ellos. En este sentido es interesante saber la diferencia de enfoques sobre dichas investigaciones, para ser precisos los que optan por un análisis histórico crítico y los que se guíen por un análisis literario de dichos libros. Al final de este artículo se nos plantea la posición de Brevard Child que pone el acento no en el contexto en el contexto canónico de los textos y no el contexto originas de los textos estudiados, pues, consideramos que esta visión promete un estudio científico profundo sobre los libros Históricos del Antiguo Testamento. 

Valoración del tema: 

        En nuestra limitada opinión consideramos que los textos históricos del Antiguo Testamento no dan más de sí. Creo que todos tenemos claro que su redacción y compilación son fruto de una visión específica, y no necesariamente única, ya que la conformación de ellos es fruto de muchos años lo que de entrada nos quita de las manos la posibilidad de tener una idea clara de la historia real del pueblo de Israel. La interpretación de los textos de la sagrada escritura deben ser considerados principalmente como lo que son <<una obra de arte, literariamente hablando y una visión de fe>> la cual hablará de Israel pero aunado al estudio de la historia provenientes de otras ciencias auxiliares como la arqueología o la historia del arte, ya que si prescindimos de ellas, será estéril nuestra valoración narrativa de dichos textos. 

21º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO B

LECTURAS:

Josué 24, 1-2a. 15-17. 18b.
Efesios 5, 21-32
Juan 6, 60-69

San Agustín nos dice que cada tiempo tiene sus cosas buenas y malas, que las aflicciones y tribulaciones que vivimos pueden servirnos de advertencia y corrección a la vez, pues la Sagrada Escritura no nos garantiza la paz, la seguridad y el descanso. Al contrario el Evangelio nos habla de tribulaciones, apuros y escándalos; pero el que persevere hasta el final se salvará

También hay unas palabras del Beato Oscar Romero que pareciera nos hablara a nosotros en el año 2015: 

Hay momentos en que la tempestad de la historia se agiganta y crea confusión, angustia, desaliento, pesimismo. Hasta algún pastor que debía de ser signo de tranquilidad, de seguridad y de orientación se muestra también desorientado como si le fallara la fe. Hay violencia, hay desorden y hay vicio también. Y hay la honradez de los que se creen buenos porque no hacen ningún mal, olvidándose que ser bueno no es algo negativo sino hacer todo el bien que se puede hacer. En fin, hay en nuestros ambientes un ambiente de tempestad, de confusión. Se oye a veces: «¡Ya no hay salvación!» «¡Esto es un callejón sin salida!» Hermanos, ante este pesimismo y desorientación, gracias a Dios que los cristianos contamos con una voz que ha estado resonando durante todo el mes de agosto: «Éste es mi Hijo el amado, escuchadle!» Él tiene palabras de vida eterna, nos dice el evangelio de hoy. Es una voz de calma y de luz. Es como cuando uno sabe que más allá de las nubes del temporal hay un cielo claro donde el sol brilla y que ha de pasar el temporal. Y las nubes pasarán y brillará ese cielo y ese sol. ¡Tengamos fe! (26/08/1979).

Las malas noticias no paran, mucho menos el miedo y el riesgo de morir violentamente en cualquier momento, esto sumado a los problemas personales y familiares de cada uno de nosotros. Las lecturas de este domingo nos invitan a descubrir el trasfondo de estos problemas: la idolatría, retándonos a tomar una decisión en medio de la crisis: Servir al Señor o los ídolos. 

La primer lectura hay una crisis nacional, el pueblo de la Alianza tiene que tomar una decisión crucial, Josué los cuestiona: Y si no están dispuestos a servir al Señor, elijan hoy a quién quieren servir: si a los dioses a quienes sirvieron sus antepasados al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país ustedes ahora habitan. Yo y mi familia serviremos al Señor. De parte del pueblo hubo una entrega total del corazón: Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otros dioses.

Nosotros tenemos la misma tentación eterna de Israel: la idolatría. Lo que ven y sienten nuestro corazones sólo es síntoma de la idolatría al dinero, al poder y al placer de muchos grupos ideológicos y políticos que están destruyendo nuestro país, nuestra familia y nuestra propia vida. No son capaces de estar unidos en estos momentos de crisis porque sirven a sus dioses lascivos y sanguinarios, mientras que la sangre derramada violentamente, la injusticia. la impunidad  y la corrupción reinan vilmente. 

En el evangelio la comunidad apostólica también está en crisis,  ante los signos y la verdad sobre el Mesías los discípulos abandonan a Jesús, y él los cuestiona: ¿También ustedes quieren irse?, y en boca de Pedro está la profesión de fe del toda la Iglesia: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios». No importa nada, sino estar de parte de Jesús, de lado de la verdad, será el paradigma de la Iglesia a lo largo de los años: predicar la verdad, aunque se quede sola. 

Ante la crisis que sufre el país nosotros tenemos que decidirnos por las palabras de Jesús que son espíritu y vida para los discípulos que tratan de ser sal y luz en medio del mundo. El cambio dentro de la Iglesia y en el mundo comienza cuando renuncio al miedo y a la idolatría, cuando nos empezamos a convertir al Señor, cuando dejamos la corrupción y el pecado atrás. La paz y la justicia es algo que se trabajo diariamente. 

Finalmente, las lecturas de hoy llaman a la conversión a todos los corruptos del país, a que renuncien a sus injusticias e inoperancia, llama a los violentos a que dejen esa vida de maldad que hace sufrir a tanta gente, nos llama a la unidad para conseguir la paz tan anhelada, a que nos abramos a la trascendencia, porque esta tierra no es nuestra patria definitiva, debemos tener nuestro corazón puesto en el cielo y los pies sobre la tierra. Amén. 

miércoles, 12 de agosto de 2015

Recensión: Los Evangelios Sonópticos y Hechos de los Apóstoles en Pheme Perkins

Datos biográficos:

Perkins, Pheme,  <<Los evangelios sinópticos y hechos de los Apóstoles. La historia cristina contada>>, en J. BAETON (ed),  La Interpretación bíblica hoy, (Presencia Teológica 113), Santander: Sal Terrae 2001, pp. 277-295.

 Sinopsis:

Pheme Perkins trata en su tema de exponer los rasgos más característicos de los evangelios sinópticos y de Hechos de los Apóstoles desde la perspectiva de la crítica narrativa, es decir, prestarles atención desde la visión de su autor.

En primer lugar, nuestro autor presenta el tema de las fuentes literarias que influenciaron considerablemente la confección definitiva de los evangelios. Aquí se plantea la teoría hipotética de <<Q>> que explicaría hasta nuestros días la fuente de los sinópticos; asimismo, trae a colación otras teorías recientes que versan sobre elaboraciones preevangélicos sobre los dichos de Jesús con la misma finalidad, lo que ha llevado por un lado a concebir una imagen sapiencial de Jesús alejado de la figura del bautista, y otros a una figura escatológica y taumatúrgica.

En segundo lugar, se pregunta por los modelos literarios que configuraron la composición de los evangelios, citando la presencia de los siguientes: evangelio, biblos genesos, diegesis, vida, epítome; en este sentido solamente se puede hablar de género literario en plural, y nunca en singular.

En tercer lugar, se hace la siguiente pregunta: ¿proporcionan las narraciones evangélicas alguna pista acerca del contexto comunitario  para el que escribió cada evangelista? Hay tres respuestas para ello:

a)  Los que basados en el discurso apocalíptico de marcos piensan que los destinatarios son creyentes, aunque éste haga una apología para los que son fuera de la comunidad.

b)    Los que centran su atención a las tensiones ideológicas existentes entre los materiales de las fuentes y el evangelio como un todo.

c) Los que se plantean que la crítica literaria moderna pone en tela de juicio los intentos de pasar del texto evangélico a la realidad de la comunidad, lo que se sugiere que se atienda al todo narrativo.

Por último, hace una referencia a la ilación de los sinópticos a través de Los discípulos y otros personajes, pues para él, ello aparecen dentro de todos los evangelio como figuras cuya relación cambia a lo largo de la narración, habla de cuatro grupos fundamentales: los adversarios, los parientes de Jesús, las multitudes y los doce. De aquí se planteará la relación de Jesús con ellos en los diferentes evangelios. Según nuestro texto los discípulos de Jesús serán centrales en los relatos evangélicos. De fondo hay relación entre el hecho histórico y descripción literaria, que lo largo se irá cambiando según los autores respectivos elaboran los evangelios. Marcos no pretende hacer una construcción histórica al describir la falta de comprensión de Jesús de parte de los discípulos, sino poner a sus destinatarios en un proceso de revaluación de la misión de Jesús. En esta línea, Mt y Lc moderan los elementos problemáticos de marcos. Las modificaciones que anteriormente hemos mencionado resuelven la ambigüedad que está presente en marcos, apartándose de él. Mateo modifica a marcos y Lucas continuar la historia.

La  conclusión es muy clara en este capítulo: Leer los evangelios y hechos de los apóstoles como narrativa debe llevarnos a apreciar su individualidad, Este tipo de lectura no debe eliminar la perspectiva confesional de esas obras, puesto que las afirmaciones que sustentan son de carácter religiosos, no meramente literarias.

 Valoración del texto:

Pheme Perkins tiene el mérito de plantear el tema de los evangelios sinópticos y Hechos  desde la crítica litería limitándose a su aspecto narrativo. A nuestro juicio hace preguntas muy importantes sobre el género literario y la conexión de sus autores con los destinatarios del texto, porque para nosotros son aspectos necesarios y esenciales para su compresión optima y una adecuada praxis consecuente, tanto a nivel intelectual como pastoral, claro, hablo de nuestra realidad personal como estudiante y sacerdote; sin embargo, las respuestas que da a estas cuestionantes no nos parecen muy claras, porque no descubrimos que este autor opte por una en concreto, parece un poco ambiguo en sus planteamientos. En este sentido, creemos que si existe un ambiente histórico y comunitario estructural de lo que son testigos los evangelistas, aunque el paso no es del texto a la realidad, sino viceversa. Claro, aquí la crítica litería tendría que auxiliarse de la crítica histórica, y de otras ciencias que iluminen la narración en sí misma. Por otro lado, también creemos que hay una tradición muy concreta que es común a los evangelios, aunque se de una lectura diferentes según la coyunturas históricas de cada uno de sus autores.

Valoración del Tema:

Los evangelios sinópticos y hechos no son escrito neutrales, sino escritos de fe; como tales, son  leídos, celebrados y vividos en y para la Iglesia. Los aportes que puedan dar la crítica narrativa o historia al respecto son de mucho valor, pues, al comprenderlos de mejor manera puede optimizar en la praxis eclesial procesos magisteriales, litúrgicos y pastorales. Hablamos de una dinámica que supera el mero intelectualismo o racionalización de la Sagrada Escritura, es decir, una mera visón superficial y dar el paso de calidad hacia una animación bíblica tanto de la pastoral como de la liturgia. Creemos firmante que son Palabra de Dios, pero consientes que también son palabra humana, y que deben converger mutuamente, punto en donde encontraremos la verdad que nos dice revelar.

20º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO B

LECTURAS: 

Proverbios: 9, 1-6
Efesios: 5, 15-20
Juan: 6, 51-59

Nuestra reflexión dominical no la podemos comenzar sin aludir a las palabras del Papa Francisco en donde recordó la situación de El Salvador: 

"Sigo con profunda preocupación las noticias de El Salvador, donde en los últimos tiempos han agravado las dificultades de la población a causa de la hambruna, la crisis económica, los conflictos sociales agudos y la creciente violencia. Animo a los queridos habitantes de El Salvador a continuar unidos en la esperanza, e insto a todos a orar para que en la tierra del beato Oscar Romero florezca de nuevo la justicia y la paz" (Ángelus 09/08/2015) 

Nos llama la atención que el Papa nos recuerde que la violencia no es el único problema que tenemos en el país, sino que antes está la hambruna, la crisis económica y los conflictos sociales. Y el llamado es a estar unidos en la oración para que florezca la justicia y la paz es muy fuerte y esencial. 

En efecto, es duro ver el nivel no sólo violencia, sino la crueldad que estamos sembrando en nuestra tierra. Nuestra solidaridad para las familias víctimas de la violencia, entre ellas las más vulnerables: los niños, las mujeres y los adultos mayores. Toda está sangre está clamando justicia al cielo, convirtámonos antes que una purificación nos sobrevenga, los obispos de El Salvador nos han recordado que todos compareceremos antes el tribunal de Dios. 

El evangelio de este domingo ha llegado a su propósito esencial: la presencia verdadera, real y substancial de Cristo en la Eucaristía. Recordemos que los evangelios sinópticos  insisten en la institución de la Eucaristía, mientras que Juan en la presencia del resucitado dentro de la celebración eucarística de la comunidad. 

La Palabra de Dios de este domingo nos revela a un Dios que sale al encuentro de la humanidad, prometiéndole  bienes que no pueden ser descritos con palabras y que superan todo deseo humano, y la invitación a participar de la mesa que Él mismo nos ha preparado es clara: Venid a comer de mi  pan y a beber el vino que he mezclado; dejad la inexperiencia y viviréis, seguid el camino de la prudencia (proverbios 9, 5-6).

Las lecturas de este domingo nos insinúan que el acceso al conocimiento verdadero de la presencia de
Cristo en la Eucaristía no es obra del ingenio humano, sino es cuestión de la sabiduría divina, que bíblicamente siempre será un don de Dios, lo remarca la segunda lectura: No seáis insensatos, sino sensatos (...) daos cuenta de lo que Dios quiere (...) recitad, alternando, salmos, himnos y cánticos inspirados, (...) dad gracias a Dios Padre por todo, en nombre de nuestro Señor Jesucristo.  

Es lo que hacemos en la Santa Misa: una oración de alabanza, bendición y acción de gracias al Padre, a través de Hijo en el Espíritu Santo; pero lo hacemos en virtud del don de Dios, no por nuestras propias fuerzas. 

El Evangelio de hoy tiene un solo sentido: comer el Cuerpo de Cristo y beber su Sangre para tener vida eterna, no hay duda de ello. El cuerpo y la sangre de Cristo nos reúne como un sólo pueblo, gracias a él estamos insertos en el cuerpo y en el corazón de la Iglesia, gracias a la fuerza del Espíritu Santo. Es el mismo Dios que restaura lo que estaba disperso por el pecado, y ahora aparecemos ante el mundo como el cuerpo de Cristo y templo del Espíritu Santo: la fuente y culmen de esta vida es La Eucaristía, es la clave de nuestro testimonio, ya lo decía el Beato Oscar Romero: 

"Lo que le da fuerza a todos los misioneros, a todas las religiosas, a todos los sacerdotes, lo que le da vida a la comunidad eclesial de base, lo que hace el centro de la parroquia, es el pan de vida eterna. El que me come, se alimenta de vida eterna. Yo estoy con él y él está conmigo (...) No, hay una fuerza más grande que todas las revoluciones, el amor del hombre y de la comunidad que ha descubierto el tesoro que hoy nos está revelando Jesucristo: su presencia viva y vivificante, su eucaristía" (Homilía 19/08/1979)

Estas palabras están cargadas de fuerzas en medio de una situación muy difícil, en donde verdaderamente se tenía que dar testimonio en medio la persecución contra la Iglesia. Hoy no es la excepción, en medio la mentira, la injusticia y la muerte estamos llamados a ser sacramento universal de salvación, a ser signo de la verdad, la justicia y la vida, pero nuestra fuerzas no son meramente humanas, el valor nos viene del Señor, es nuestro mayor estimulo para ser ese pan partido que sacia el hambre y sed de justicia que necesita toda la humanidad. 

Manos a la obra, a construir esa paz y esa justicia tan deseada, el Señor camina con su pueblo. 

domingo, 9 de agosto de 2015

Las raíces del mal en nuestro país en el pensamiento del Beato Oscar Romero: La absolutización de la riqueza, el poder y la política.

Cuando Cristo deja de ser él «absoluto», se «absolutizan» otros valores. En mi carta pastoral, tres absolutizaciones que explican la trágica «polarización» de nuestro país.

En la cuarta carta pastoral, que está por salir ya, yo denuncio en nuestro ambiente, tres absolutizaciones. Llamo así, absolutización, la actitud de un hombre que considera absoluto lo que él opina y ya lo demás le sale sobrando. Cuando ese absoluto no es Dios ni es Cristo, como los judíos, nos hacemos muchos absolutos. Y si es cierto que en El Salvador hoy hay lo que se llama ya mucho la «polarización», entonces lo podemos llamar también «absolutización».

Absolutización de la riqueza y de la propiedad privada

Yo denuncio, sobre todo, la absolutización de la riqueza. Éste es el gran mal de El Salvador: la riqueza, la propiedad privada como un absoluto intocable y ¡ay del que toque ese alambre de alta tensión, se quema...!

Se olvidan éstos, carnes sin Cristo, que la riqueza no es Cristo ni es Dios. Que la absolutización de la riqueza y de la propiedad privada es un gran error. «La propiedad privada la respetamos -dice el Papa- pero no tienen que olvidar, que sobre toda propiedad privada grava una hipoteca social». ¿Qué quiere decir el Papa? Tomando palabras de la tradición, la propiedad privada no es un absoluto, tiene una condición que nuestra Constitución política de El Salvador lo reconoce cuando dice: «... la propiedad privada en función social». Lo que se tiene no es sólo para uno, lo que se tiene es como don de Dios para que lo administren al servicio del bien común. No es justo que unos pocos tengan todo y lo absoluticen de tal manera que nadie lo pueda tocar, y la mayoría marginada se esté muriendo de hambre...

Absolutización del poder

Otra absolutización de los hombres que han perdido la fe en Cristo: la absolutización del poder. Se llega hasta la filosofía de la seguridad nacional, en donde todo se permite por el dios poder. «Y resulta ridículo -digo en mi carta pastoral- que en nombre de la seguridad nacional, se ha instalado una gran inseguridad en el pueblo». Esta absolutización del poder es mala, porque el poder no es Dios; el poder no es Cristo, y si todo se subordina al poder, toda opinión, toda expresión que quiera criticar y componer mejor las cosas será reprimida. Y ésta es la represión que está pasando en nuestro país: la absolutización del poder.

Absolutización de la política

Pero hay otra tercera absolutización que está en esta línea del evangelio que estamos meditando. Es la absolutización de la política. Cuando mi opción política, lo que yo pienso que es la solución política, mi partido, mi organización, la creo como lo absoluto; y yo no debo de dialogar con nadie porque yo tengo la llave de la solución, que vengan a mí, yo no voy a nadie. Entonces tenemos también un fanatismo, un sectarismo que es ridículo; y que en esta hora en que el país sufre, es también un crimen la absolutización de las organizaciones políticas. Y resulta que los servidores de la absolutización de la derecha, que hoy aquí en El Salvador es la riqueza, la propiedad privada, el poder político, servidores de ese frente de ultraderecha, las organizaciones fantasmas o reales que amenazan a muerte, que acribillan a balazos, que amenazan, que secuestran, todo eso es el servicio al falso dios. Eso es también idolatría horrorosa de dioses que se están cobrando vidas humanas. Servidores del dios Moloc. También las organizaciones armadas de la ultraizquierda; son crímenes de absolutización, son idolatrías, son pecados, unos y otros están pecando en sus polarizaciones contra el mandamiento de la ley de Dios. A Dios hay que obedecer...

(Homilía 12/08/1979) 

jueves, 6 de agosto de 2015

Recensión: La biblia y el arte en Stephen Prickett


Datos bibliográficos:

Prickett, Stephen <<La Biblia en la literatura y el arte>>, en J. BAETON (ed),  La Interpretación bíblica hoy, (Presencia Teológica 113), Santander: Sal Terrae 2001, pp. 189-206

Sinopsis:

Stephen Prickett en el presente artículo nos habla sobre la relación del estudio de la biblia con el arte y la literatura a lo largo de los últimos veinte siglos. La tesis central que sostiene radica en afirmar que históricamente, la interpretación bíblica, más que crear la interpretación estética, la ha seguido. A lo largo de su trabajo tratará de explicar que a primera vista pueda parecer que la biblia proyectaba una amplia penumbra cultural, cuando en realidad lo que pasaba era una relación interpretativa dinámica, es decir, la influencia biblia-cultura-literatura era mutua y proporcional.

El presente texto nos proporciona tres etapas, que según el autor son significativas, para demostrar e ilustrar sus afirmaciones al respecto: La primera etapa está ubicada en el contexto de las artes medievales las cuales tuvieron profunda relación con la interpretación tipológica de la biblia, la cual, trataba de solucionar un problema hermenéutico de su tiempo: la relación de Jesucristo y el Antiguo testamento, fenómeno que doto a la biblia un carácter universal. Se afirma que en esta época el arte tiende a plasmar sus obras con un carácter de simultaneidad visual correspondiente a la simultaneidad  de las modalidades polisémicas de la interpretación bíblica, carentes totalmente del espacio y el tiempo. 

La segunda etapa está ubicada al inicio de la edad moderna, en donde nace una nueva manera de ordenar la experiencia visual: la perspectiva; Aquí el arte recurre a ubicar la imagen en el espacio y en el tiempo (lineal) en perspectiva del espectador como observador del mundo imaginario. Esto significaría, según Prickett, el inicio del fin a largo plazo de  la tipología como clave de interpretación de los textos de la biblia. También el presente trabajo señala los límites del realismo que representa esta tendencia estética: la transformación del espacio cosmológico, donde se fusiona la realidad y la fantasía en el espacio geográfico y los hechos con la ficción en la narración poética. Todo esto desembocaría en las representaciones de una estructura convencional lo que estaría indicando una forma muy peculiar de comprender el mundo, marcado por la subjetividad y la incertidumbre.

La tercera etapa está ubicada a partir del siglo XVIII, época influenciada por lo que nuestro autor llama ironía y hermenéutica, fruto de la ilustración y la post-ilustración.

            La conclusión a la llega Prickett es que la interpretación bíblica en el siglo XX sigue siendo influenciada por la cultura y el arte, presupuesto fundamental para incluir estudios al respecto para investigaciones futuras de la interpretación bíblica en el presente siglo XXI.

Valoración del Texto:

            Nosotros consideramos que Stephen Prickett hace un significativo aporte con respecto a la inmensa gama de estudios sobre la biblia. La razón para hacer esta afirmación es que muchas veces al iniciar el estudio de la biblia se puede tener una visión unilateral, desechando los diversos enfoques con los cuales podemos abordar nuestras investigaciones científicas. Al mismo tiempo, nos llama la atención la variedad de ilustraciones literarias y estéticas con las cuales apoya su tesis, pues en verdad confirman su teoría. Sin embargo, el artículo tiene la limitante de no ser sistemática o de carecer de un esquema histórico claro y preciso. Asimismo, desecha elementos contextuales que podrían ayudar a clarificar el tema estudiado. Nos queda decir, que no estamos totalmente de acuerdo en la relación que hace de la interpretación bíblica y estética con los pobres y analfabetos de cada una de las etapas de la historia, ya que estos ámbitos, quiérase o no, pertenecen a las altas elites intelectuales y sociales de todos los tiempos.

  
Valoración sobre el tema:

La relación de la biblia con la literatura y el arte no se pueden plantear sin fruto si prescindimos de la historia de la relación de la Iglesia con respecto a los mismos ámbitos. La biblia como tal no es un libro que se presente neutral en ningún momento, nuestro autor ya lo ha afirmado anteriormente, pero tampoco podemos decir que su interpretación hermenéutica sea el único factor que esté en relación dinámica con la estética y la producción literaria de todos los tiempos. Hay que recordar que detrás de este status quo de los últimos veinte siglos han estado diferentes aparatos institucionales que los podemos catalogar como súper estructuras de poder han asegurado una manera de pensar, vivir y actuar. Lo que tratamos de decir, que en un estudio serio, por honradez intelectual, no se pueden dejar de mencionar. 


DIRECTORIO HOMILÉTICO: Ap. I. La homilía y el Catecismo de la Iglesia Católica. Ciclo C. Cuarto domingo de Adviento.

96. Con el IV domingo de Adviento, la Navidad está ya muy próxima. La atmósfera de la Liturgia, desde los reclamos corales a la conversión, ...